domingo, 14 de abril de 2013

Alergia y Deporte



El ejercicio físico constituye un aspecto esencial en la educación global del niño y una actividad saludable en el adulto.  En el niño asmático, un ejercicio físico adecuado contribuye positivamente, no sólo desde el punto de vista médico, a favorecer la adaptabilidad, independencia y comunicación del niño asmático con su entorno.

El padecimiento de una enfermedad alérgica no debe ser un factor excluyente para la práctica segura del deporte. No en vano, algunos atletas famosos y deportistas de élite sufren enfermedades alérgicas, sin que esto les impida practicar el deporte de alta competición.

Esquemáticamente, son tres las cuestiones que preocupan al paciente alérgico en lo referente al ejercicio físico:



                              ¿Porqué el esfuerzo físico me produce síntomas?

                                ¿Qué puedo hacer para que esto no suceda?

                                 ¿Qué debo hacer en caso de tener síntomas mientras practico algún deporte?

Intentaremos contestar a estas preguntas desde un punto de vista práctico.

Las enfermedades alérgicas que puede empeorar con el ejercicio físico son tres: el asma bronquial, la urticaria, principalmente denominada colinérgica y la anafilaxia.

El asma bronquial es una enfermedad caracterizada por la aparición de episodios de estrechamiento de las vias aéreas, principalmente de los bronquios, con carácter transitorio y reversible. Este estrechamiento de las vías aéreas compromete el paso del aire produciendo dificultad respiratoria, accesos de tos y ruidos en el pecho. Cuando las personas realizan un ejercicio intenso se produce un traspaso de agua desde la mucosa bronquial al aire inspirado, para que éste llegue a los alvéolos con una temperatura y humedad adecuada. La pérdida de agua en la mucosa de los bronquios, fenómeno que se produce de manera normal con el ejercicio, es capaz de provocar un estrechamiento de los mismos, en el paciente con  asma bronquial, desarrollándose los síntomas anteriormente comentados.

De lo anterior se deduce que un precalentamiento correcto antes del ejercicio es importante en el sujeto normal e imprescindible y esencial en el paciente asmático. Para practicar regularmente un deporte, es necesario que el paciente asmático siga correctamente el tratamiento que se le haya prescrito. Antes de iniciar cualquier ejercicio debe asegurarse de no presentar ningún síntoma y de no padecer ninguna enfermedad que pudiera causar una crisis de asma bronqial, como infecciones, fiebre etc. Además debe llevar consigo la medicación que utilizará ante la eventual aparición de síntomas asmáticos. En el caso de los niños es necesario que el educador esté informado del problema que padece el niño, proporcionando para ello un informe médico, indicando la enfermedad padecida y el tratamiento a seguir. Por tanto y de forma inexcusable debe realizarse un precalentamiento adecuado. Se debe tomar la medicación preventiva y durante el ejercicio el paciento o el educador debe reconocer su situación clínica en todo momento. Nunca se debe llegar al ejercicio extenuante y éste debe interrumpirse con la aparición de los primeros síntomas asmáticos. Si los sintomas son leves el paciente puede seguir caminando, realizando ejercicios de respiración controlada. En caso de que los síntomas sean intensos debe colocarse al paciente en una posición que facilite su respiración, tranquilizándole. Todas las medidas comentadas resultan sencillas de aplicar en la práctica. De esta forma el deporte se convertirá no sólo en una actividad recomendable sino también satisfactoria para el asmático.

La urticaria colinérgica se caracteriza por el desarrollo de pequeños habones redondeados, asentados sobre un área de enrojecimiento cutáneo, acompañada de un picor en la piel. El cuadro tiende a resolverse espontáneamente en minutos u horas. La urticaria colinérgica se desencadena principalmente por el ejercicio físico y también por el sudor, el calor y la ansiedad. Su prevención debe también realizarse mediante un precalentamiento adecuado, evitando la exposición a temperaturas elevadas y tomando la medicación preventiva antes del ejercicio.

La anafilaxia, es el proceso de mayor gravedad. La reacción anafiláctica es fácil de identificar por su rápido desarrollo y por la aparatosidad de sus manifestaciones: picor generalizado, lesiones diseminadas de urticaria, hinchazón facial, tos , pitos y fatiga en el pecho. En los casos más graves se produce una caída brusca de la tensión arterial, palpitaciones y edema de la laringe, que puede conllevar finalmente a la pérdida de conciencia.  Las causas más importantes de anafilaxia son: alimentos y medicamentos.

Cuando en la anafilaxia por esfuerzo subyace una alergia alimentaría, la prevención se realizará necesariamente evitando la ingestión de los alimentos implicados. Estos pacientes deben abstenerse de realizar esfuerzos físicos hasta dos horas después de comer con independencia de cualquier otra consideración. Si el paciente observa cuidadosamente todas las medidas preventivas, la realización del ejercicio físico es una actividad segura. Ante la aparición de los primeros síntomas, el paciente debe suspender el ejercicio, sentándose o tendiéndose en el suelo, en caso de presentar sensación de mareo. Cuando aparece algún signo de gravedad, dificultad para tragar o respirar lipotimia etc.. el tratamiento de la reacción anafiláctica debe ser inmediato; en muchas ocasiones es necesario administrar adrenalina y/o esteroides. El paciente o los educadores, deben adiestrarse previamente en el manejo de estos medicamentos. Si no se dispone de estos, el paciente debe ser trasladado inmediatamente a un Centro Médico.

                       

                          Solo el médico podrá darle informaciones más precisas y apropiadas en cada caso particular.

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